El Dr. Ignacio Javier Calleja Kempin nos habla de colelitiasis, litiasis biliar, también conocida como piedras en la vesícula.

Generalmente la litiasis biliar produce una sintomatología que se denomina cólico biliar. Estos cólicos biliares son generalmente dolores bastante fuertes en el abdomen, muchas veces irradiados a la espalda por náuseas y vómitos. Cuando ocurre este tipo de cuadros se recomienda siempre la realización de una colecistectomía quirúrgica.

Tambien puede ocurrir la aparición de fiebre, lo que podemos considerar como una colecistitis aguda. En estos casos el paciente deberá ser ingresado y tratado con antibioterapia.

Más allá se pueden producir sintomatologías más graves como son la ictericia de piel y de mucosas. Esto se debe a que las pierdas pueden emigrar hacia la vía biliar principal y obstruirla, puediendo llegar incluso a producir pancreatitis leves o más graves.

En general todo este tipo de cuadros pueden llevar a poner en peligro la vida del paciente, por tanto consideramos que en ambos ejemplos debe realizarse una colecistectomía laparoscópica.

Existe la posibilidad también de que la enfermedad se desarrolle de forma más crónica y por consiguiente se cree una colecistitis crónica que con el tiempo puede llegar a desarrollar cáncer de vesícula biliar. Para prevenir este tipo de cánceres también se debe pensar en la realización de una colecistectomía.

En nuestro Hospital San Francisco de Asís realizamos esta intervención de forma muy frecuente, mediante cirugía laparoscópica, sin abrir el abdomen, introduciendo los instrumentos y las cámaras  a través de puertos o tubos. Una vez realizada la colecistectomía laparoscópica, en general el postoperatorio es breve y el paciente se recupera rápidamente. En los casos de colelitiasis en general recomendamos la realización de una colecistectomía laparoscópica.

A continuación presentamos el caso de un paciente de mediana edad con colelitiasis, para el cual realizamos colecistectomía laparoscópica.

 

Procedimiento quirúrgico
 

CASO 1: COLELITIASIS CON VARIOS CÓLICOS

Presentamos un primer caso de colecistectomía con vesícula que es prácticamente normal aunque algo inflamada por haber tenido el paciente previamente algún cólico biliar. Vemos que hay escasas adherencias alrededor, mientras observamos cómo se prepara la vesícula para la disección de su hilio, para proceder posteriormente a la disección del conducto cístico y de la arteria cística, situados a este nivel.

Primero se realiza la disección en la zona del triángulo de calot, zona de máxima seguridad, para evitar lesiones de la vía biliar principal, y se prosigue con la disección del conducto cístico, algo inflamado en este caso, pero que se puede disecar con relativa facilidad.

Vemos como se acaba de disecar el conducto cístico que conecta la vesícula biliar con la vía biliar principal y se clipa mediante emo clips laparoscópicos para proceder a su posterior sección.

Procedemos a la sección para posteriormente seccionar la arteria cística entre emo clips. A continuación liberamos la vesícula del lecho hepático, en este caso existe una pequeña zona de fibrosis, inflamación, pero finalmente se libera la vesícula y se introduce en su bolsa para la extracción.

 

CASO 2: COLECISTITIS AGUDA GRAVE

En este segundo caso tratamos una colecistitis, inflamación de la vesícula severa.  El paciente es operado de urgencias tras recibir unas dosis de antibioterapia previa.

La vesícula sangra con facilidad, su pared está extremadamente inflamada.

Procedemos a realizar una punción de la vesícula, saliendo pus de su interior y extraemos éste limpiandola bien con suero y con un antiséptico. Como podemos observar el pus no solamente sale por el orificio donde hemos realizado la punción si no que existen pequeñas perforaciónes alrededor de la vesícula.

Hacemos hemostasia al mismo tiempo para evitar sangrados continuos. Mientras, vemos que la vesícula ha perdido tensión y podemos manejarla más fácilmente. Nos encontramos a nivel de hilio de la vesícula y procedemos a la liberación de los elementos. En primer lugar realizamos la disección del conducto cístico, liberándolo totalmente para posteriormente realizar un clipaje de este conducto. Existe un discreto sangrado mediante la intervención debido a que los tejidos están extremadamente inflamados.

En este segundo caso tratamos una colecistitis, inflamación de la vesícula severa.  El paciente es operado de urgencias tras recibir unas dosis de antibioterapia previa.

La vesícula sangra con facilidad, su pared está extremadamente inflamada.

Procedemos a realizar una punción de la vesícula, saliendo pus de su interior y extraemos éste limpiandola bien con suero y con un antiséptico. Como podemos observar el pus no solamente sale por el orificio donde hemos realizado la punción si no que existen pequeñas perforaciónes alrededor de la vesícula.

Hacemos hemostasia al mismo tiempo para evitar sangrados continuos. Mientras, vemos que la vesícula ha perdido tensión y podemos manejarla más fácilmente. Nos encontramos a nivel de hilio de la vesícula y procedemos a la liberación de los elementos. En primer lugar realizamos la disección del conducto cístico, liberándolo totalmente para posteriormente realizar un clipaje de este conducto. Existe un discreto sangrado mediante la intervención debido a que los tejidos están extremadamente inflamados.

El primer clic no se ha puesto correctamente por lo que se retira para realizar su posterior sección. Finalmente los emo clips han quedado perfectamente colocados por lo que procedemos a la sección del conducto cístico.

Una vez cortado éste totalmente procedemos a la colocación de clics en la arteria cística y a realizar más tarde su sección mediante tijeras laparoscópicas, liberando de esta forma la zona del hilio para proceder más tarde a la disección de la zona de la vesícula biliar.

Observamos la vesícula con gran inflamación e intensas adherencias de ésta al lecho hepático que cuidadosamente se van seccionando con diatermia.

Por último introducimos la vesícula en una bolsa Endobag para su posterior extracción a  través de la pared abdominal. Como podemos observar el gran tamaño de la vesícula dificulta su introducción en una bolsa utilizada en colecistectomías laparoscópicas normales.

Posteriormente realizamos hemostasia completa del lecho hepático, colocando un hemostático tachosil para lograr un perfecto sellado del lecho vesicular.

Por último colocamos un drenaje, importante en estos casos para evitar acumulo de fluidos.

Una vez cortado éste totalmente procedemos a la colocación de clics en la arteria cística y a realizar más tarde su sección mediante tijeras laparoscópicas, liberando de esta forma la zona del hilio para proceder más tarde a la disección de la zona de la vesícula biliar.

Observamos la vesícula con gran inflamación e intensas adherencias de ésta al lecho hepático que cuidadosamente se van seccionando con diatermia.

Por último introducimos la vesícula en una bolsa Endobag para su posterior extracción a  través de la pared abdominal. Como podemos observar el gran tamaño de la vesícula dificulta su introducción en una bolsa utilizada en colecistectomías laparoscópicas normales.

Posteriormente realizamos hemostasia completa del lecho hepático, colocando un hemostático tachosil para lograr un perfecto sellado del lecho vesicular.

Por último colocamos un drenaje, importante en estos casos para evitar acumulo de fluidos.

 

Para cualquier información sobre este tipo de cirugía Hepato-bilio-pancreática no dude en ponerse en contacto con nosotros, el Servicio Médico Quirúrgico de Madrid estará encantado de resolver todas sus cuestiones.

Etiquetas:Cirugía Hepato-bilio-pancreática

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