La Unión Europea ha implantado un nuevo modelo de etiquetado que se denomina “Nutri-Score”, que, en teoría, debería distinguir los alimentos saludables de los insalubres. Pero en una gran cantidad de casos ha generado una mayor confusión.

Etiquetado de Nutri-score

El etiquetado “Nutri-Score” es un nuevo sistema de lectura de etiquetado en el frontal de alimentos en forma de escala de colores que ya está siendo implantado en España desde el primer cuatrimestre de 2021.

En esta escala de colores se otorga un color y una letra a los alimentos según su composición, hay 5 tipos de colores que van desde el verde al rojo (tipo alarma):

  • A: verde oscuro
  • B: verde claro
  • C: amarillo
  • D: naranja
  • E: rojo

El color verde (ecológicos) significa que es el alimento más sano. Sin embargo, el color rojo hace referencia al alimento menos saludable.

El Nutri-Score evalúa cada alimento según su composición nutricional por cada 100 gramos de producto, sin tener en cuenta el grado de procesamiento del producto:

  • Suman puntos (negativo): calorías, azucares simples, grasas saturadas y contenido en sal.
  • Restan puntos (positivo): la proporción de frutas, verduras, fibras y proteínas.

Es decir que los alimentos más saludables (A y B) tienen una baja puntuación, y cuantos más puntos, menos saludables será el producto (D y E). Y aquí está el error, en juzgar una serie de nutrientes de forma aislada sin tener en cuenta el producto completo.

Este nuevo sistema cuenta con una serie de limitaciones importantes:

  1. No distingue entre los tipos de grasas
  2. Tampoco tiene en cuenta el grado de procesamiento de los alimentos
  3. Ni distingue entre cantidades de azúcar añadidas y azúcar propio del alimento.
  4. Asume que los alimentos con más calorías no son saludables.
  5. Utiliza valores de referencia muy antiguos.

Por lo que nos encontramos alimentos saludables clasificados como perjudiciales y viceversa.

La idea del Nutri-Score es buena, ya que es muy visual y fácil de interpretar, pero a la hora de llevarlo a la práctica, todavía falta mucho por mejorar.

Como conclusión, podemos afirmar que la realidad es que este etiquetado confunde al consumidor, ya que cataloga falsamente productos sanos como insanos y viceversa.

 

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Dr. Ignacio Javier Calleja Kempin

Jefe del Servicio Médico-Quirúrgico “Madrid”
Hospital San Francisco de Asís
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